El desarrollo de software se hace en equipos. Un equipo no implica la reunión de un grupo de personas. Es mucho más que eso, tiene identidad. Los integrantes colaboran. Tienen el mismo objetivo, un sentido de compromiso y solidaridad y sienten que aportan valor.

El espíritu emprendedor en nuestra organización es un valor imprescindible. Es nuestro motor que empuja y nos impulsa en esta montaña rusa que es una start-up.

Lo único que se mantiene constante es el cambio. Todo el tiempo estamos aprendiendo y generando nuevos conocimientos.